Una de las grandes ventajas del compostaje es que no necesitas un jardín enorme ni herramientas complicadas. Hoy existen composteros adaptados a patios, azoteas, balcones e incluso interiores. Puedes comprarlos ya hechos o armar uno tú mismo con materiales reciclados como cubetas, huacales o cajas de madera.

Composteros para espacios exteriores (patios, jardines o azoteas):

• Compostero de tambor o bidón de 200 L: ideal para compostaje caliente o aeróbico. Solo hay que perforarlo para permitir entrada de aire, y voltearlo cada semana. Puede producir composta en 6 a 8 semanas si se mantiene bien caliente.

• Compostero tipo caja (de madera o plástico reciclado): se coloca en una esquina del patio, con buena ventilación. Puede tener tapa superior para agregar residuos y compuerta inferior para sacar la composta lista.

• Composteros modulares o apilables: funcionan por niveles. Los residuos nuevos van arriba y los más antiguos abajo. Cuando el nivel inferior ya está listo, se extrae y vuelve a empezar el ciclo.

Composteros para espacios pequeños o interiores:

• Cubetas de 19 L apiladas (3 niveles): ideal para lombricomposta. Las dos cubetas superiores tienen agujeros para permitir que las lombrices se muevan y el lixiviado caiga al fondo. Práctico y económico.

• Cajas de madera o plástico con tapa y orificios de ventilación: para colocar bajo la tarja, en la cocina o en balcones. Bien manejado, no huele mal.

• Macetas viejas o botes de pintura reciclados: adaptados con agujeros, funcionan como composteros caseros en balcones o pasillos.

 ¿Qué tienen en común?

• Todas deben tener buena ventilación para evitar malos olores y permitir que las bacterias o lombrices trabajen bien.

• Se debe cuidar el balance entre materia verde y seca.

• Es importante evitar que se acumule exceso de humedad (se puede escurrir el lixiviado o colocar material seco).

• Puedes cubrirlos con una tapa o tela para evitar plagas, mosquitos o entrada de agua de lluvia directa.