top of page
Vive de la tierra_edited_edited.png
Logo.png
Logo.png

Explora

Explora

Escritorio

Explora

Glosario

Explora

Cursos

Explora

Artículos

Explora

Hazlo tú mismo

Explora

Experiencias

Explora

Proyectos

Explora

Productos

Comunidad

Explora

Grupos

Explora

Eventos

Explora

Videos

Explora

Archivos

Explora

Miembros

Explora

Expertos

Técnicas

Explora

Agricultura

Explora

Avicultura

Explora

Acuacultura

Explora

Lombricultura

Explora

Caprinocultura

Explora

Meliponicultura

Explora

Fungicultura

Explora

Bioconstrucción

Explora

Energía

443733456_8525285464155185_721451563596546635_nk_edited.jpg

Mi perfil

Explora

Editar perfil

Explora

Editar cuenta

Explora

Mis compras

Explora

Mis direcciones

Comunidad

Explora

Mis cursos

Explora

Mis artículos

Explora

Mis grupos

Explora

Mis videos

Explora

Mis experiencias

Explora

Mis glosarios

Explora

Mis proyectos

Explora

Mis hazlo tú mismo

Granja en Casa

Explora

Ayuda

Explora

Opciones

Explora

Cerrar sesión

Hola Usuario

Aportar

Publicar en grupos

Artículo de blog

Experiencia

Proyecto

Elemento de glosario

Hazlo tú mismo (DIY)

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

Artículos

Esta sección ofrece una variedad de temas relacionados con técnicas sostenibles, agricultura urbana y bioconstrucción. 

Artículos

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

Este plástico no tiene salida y termina en el relleno sanitario

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

Yucatán: de selva baja a desierto de concreto, y la última curva para evitarlo

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

¿Cuánto tiempo más podremos comprar todos nuestros alimentos en el súper?

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

Cuando el cuerpo vuelve a tener oficio

Add paragraph text. Click “Edit Text” to update the font, size and more. To change and reuse text themes, go to Site Styles.

El siglo de la energía prestada: reflexiones sobre fósiles, confort y futuro

La ansiedad del primate sin árboles

ree

Durante millones de años, la historia de nuestra especie se escribió bajo la luz del sol, con el sonido de hojas movidas por el viento y el aroma de la tierra húmeda después de la lluvia. Éramos caminantes de largas distancias, trepadores de ramas, lectores de huellas en el suelo. No teníamos relojes: el amanecer marcaba el inicio y el crepúsculo cerraba el capítulo del día. Nuestros pies sentían la textura de la tierra, nuestros ojos descansaban en verdes profundos y nuestros oídos se llenaban del coro de insectos y aves. Así se moldeó, a través de la evolución, nuestra fisiología, nuestro cerebro y nuestras emociones.


Pero algo ocurrió. Hace apenas un suspiro en la escala del tiempo, levantamos muros de ladrillo y acero. Encerramos la vida en ciudades y a nosotros dentro de habitaciones rectangulares. La Revolución Industrial trajo consigo el rugir de las máquinas, el humo que tapó el horizonte y el trabajo medido por campanas y silbatos. Luego llegó la era tecnológica: pantallas que nos acercan al mundo en segundos, pero nos alejan del suelo bajo nuestros pies. Hoy, la mayor parte de la humanidad vive lejos de los bosques, de un cielo sin cables eléctricos o del canto de un río.


Y sin embargo, seguimos siendo primates. Nuestro organismo es prácticamente el mismo que el de los cazadores-recolectores de hace 200.000 años. Nuestros genes y circuitos neuronales evolucionaron en paisajes abiertos, con actividad física diaria, cooperación social estrecha y una exposición constante a señales naturales que indicaban “estás vivo, estás en casa” (Li, van Vugt, & Colarelli, 2018). Al romper ese escenario, hemos generado lo que en psicología evolutiva se conoce como desajuste evolutivo (evolutionary mismatch): un desfase entre el ambiente en que evolucionamos y el que habitamos hoy.


Hoy, la ansiedad es un visitante frecuente. No siempre llega con rugidos; a veces lo hace en silencio: un nudo en el estómago, un insomnio persistente o una sensación vaga de que algo falta. La pérdida de contacto con la naturaleza no es la única causa, pero sí es un factor clave en este malestar moderno. La investigación ha demostrado que la exposición regular a entornos naturales reduce los niveles de cortisol, mejora el estado de ánimo y disminuye síntomas de ansiedad y depresión (Bratman et al., 2019; White et al., 2019). Sin embargo, para millones, lo más cercano a un árbol es una maceta en la oficina o un fondo de pantalla con una cascada.


En las ciudades, el cuerpo se mueve poco. Caminamos menos de 3 km al día, mientras que nuestros ancestros recorrían entre 10 y 15 (Cordain et al., 1998). No cargamos troncos ni piedras: cargamos bolsas de supermercado. No nos guía el olor de la lluvia, sino el calendario digital. El resultado es un profundo desajuste fisiológico y psicológico: un cuerpo adaptado a un mundo salvaje, pero confinado en un entorno artificial.

Este desajuste es más que un dato científico: es una herida existencial. La naturaleza no era un simple paisaje: era nuestra farmacia, nuestra despensa, nuestro refugio y nuestro templo. Al separarnos de ella, no solo cambiamos de escenario, sino que cortamos un vínculo ancestral que sostenía nuestra salud mental (Wilson, 1984).


Por eso, aunque avancemos en tecnología, algo en nosotros sigue buscando el sonido del viento entre las ramas. Esa búsqueda se disfraza: el ansia de viajar, la fascinación por documentales de vida silvestre, la paz inexplicable al caminar en un parque. Son intentos modernos de regresar a un hogar inscrito en la memoria profunda de nuestras células.


La ansiedad que sentimos no se calma con más velocidad de internet ni con luces LED más brillantes. Se calma con lo que siempre la calmó: amaneceres sin prisa, contacto directo con el suelo, el ritmo lento del agua corriendo, la certeza de estar dentro de la red de la vida.

Tal vez nuestra salud mental dependa también de restaurar el ecosistema en el que evolucionamos, rediseñando ciudades para que sean más verdes que grises, devolviendo a muros y techos el derecho a florecer. Porque un primate sin árboles es un primate incompleto… y un humano incompleto siempre estará inquieto.


Referencias


  • Bratman, G. N., Anderson, C. B., Berman, M. G., Cochran, B., de Vries, S., Flanders, J., … & Daily, G. C. (2019). Nature and mental health: An ecosystem service perspective. Science Advances, 5(7), eaax0903. https://doi.org/10.1126/sciadv.aax0903

  • Cordain, L., Gotshall, R. W., Eaton, S. B., & Eaton III, S. B. (1998). Physical activity, energy expenditure and fitness: An evolutionary perspective. International Journal of Sports Medicine, 19(5), 328–335. https://doi.org/10.1055/s-2007-971924

  • Li, N. P., van Vugt, M., & Colarelli, S. M. (2018). The evolutionary mismatch hypothesis: Implications for psychological science. Perspectives on Psychological Science, 13(6), 888–904. https://doi.org/10.1177/1745691618774776

  • White, M. P., Alcock, I., Grellier, J., Wheeler, B. W., Hartig, T., Warber, S. L., … & Fleming, L. E. (2019). Spending at least 120 minutes a week in nature is associated with good health and wellbeing. Scientific Reports, 9(1), 7730. https://doi.org/10.1038/s41598-019-44097-3

  • Wilson, E. O. (1984). Biophilia. Harvard University Press.

Comentarios


bottom of page