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Hazlo tú mismo (DIY)
Selección y cuidados esenciales de cabras pequeñas
Elegir bien a tus cabras desde el inicio marcará una gran diferencia en tu experiencia como cuidador urbano. No todas las razas se adaptan igual a espacios reducidos ni todas producen la misma cantidad o calidad de leche. En zonas urbanas, lo mejor es optar por cabras de tamaño pequeño o mediano, que sean resistentes, tranquilas y fáciles de manejar.
Entre las razas más recomendadas para espacios reducidos están la Nubia, conocida por su alta producción de leche y su carácter dócil; la Alpina, muy resistente y de buen temperamento; y las Saanen, que dan mucha leche, aunque necesitan algo más de espacio y sombra. También hay razas criollas mexicanas, como la cabra negra de Veracruz o las mestizas de zonas áridas, que son excelentes para quienes quieren animales rústicos, de bajo mantenimiento.
La edad también importa. Lo ideal es comenzar con cabritas de entre 3 y 6 meses de edad, ya destetadas, desparasitadas y vacunadas. Si las compras ya adultas, asegúrate de que estén sanas, activas y sin signos de enfermedad (ojos brillantes, pelaje parejo, sin diarrea ni heridas). Si no tienes experiencia previa, comienza con una hembra joven que no esté en gestación, para aprender su manejo antes de pasar a la etapa de reproducción.
Una vez en casa, las cabras necesitan una rutina diaria: alimentación (dos veces al día), agua limpia, limpieza de su corral y algo de interacción social. Les gusta explorar, brincar, frotarse en troncos o estructuras y estar activas. No son animales para tener amarrados ni en encierros oscuros. Mientras más contacto tengan contigo, más confiadas y tranquilas serán.
La alimentación es clave. Aunque comen hierba, no basta con eso. Necesitan forraje seco (como alfalfa o zacate), restos vegetales limpios (hojas de chaya, ramitas, frutas, cáscaras) y si están lactando, un suplemento de grano o concentrado para cabras. No les des pan, comida procesada o enmohecida, ya que puede enfermarlas. El calcio y el fósforo en su dieta son esenciales para la salud ósea y la producción de leche.
También es necesario desparasitarlas cada 3 a 6 meses, según el clima y el tipo de espacio. Revisa sus pezuñas cada mes y recórtalas si están creciendo demasiado, ya que en patios con piso duro no se desgastan como en campo abierto. Las cabras también pueden vacunarse contra enfermedades comunes si vas a tenerlas a largo plazo o si están en contacto con otros animales.
Y aunque son muy resistentes, observa señales de enfermedad: pérdida de apetito, ojos tristes, cambio en las heces, dificultad para caminar, o vocalización excesiva. Tener a mano el contacto de un veterinario o técnico agropecuario con experiencia en animales de granja puede ser de gran ayuda.
En resumen: si eliges bien, les das lo básico y convives con ellas, las cabras pueden ser una fuente constante de leche, abono y compañía. Son animales alegres, que se encariñan con quien las cuida y transforman por completo la dinámica de cualquier espacio urbano.

Fecha de modificación:
Técnica
Caprinocultura
Especies y Organismos
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