Las abejas meliponas son fáciles de cuidar, especialmente si comparas con la apicultura tradicional. No pican, no necesitan trajes especiales y no requieren una supervisión constante. Sin embargo, sí tienen necesidades específicas que debes atender para mantener una colmena sana y activa, especialmente si vives en un entorno urbano con ciertos límites ambientales.

Lo primero es respetar su espacio. Las meliponas son muy sensibles al movimiento y a los cambios bruscos en su entorno. Una vez instalada la caja, trata de no moverla. Tampoco es necesario estar abriéndola constantemente. Si ves que las abejas entran y salen, están activas y hay potes de miel y polen bien formados, significa que todo va bien. La observación externa es suficiente en la mayoría de los casos.

Uno de los mayores riesgos en zonas urbanas es la invasión de hormigas. Estas pueden entrar a la caja y robar miel, polen o incluso larvas. Para prevenirlas, es muy recomendable colocar trampas físicas en las patas del soporte de la caja, como latas con agua o vaselina alrededor de las bases. También puedes espolvorear tierra de diatomeas o cal agrícola alrededor de la base para mantener alejadas a las hormigas.

Otro cuidado importante es mantener un entorno con flores disponibles todo el año. Las meliponas se alimentan de néctar y polen, así que si no hay flores, la colmena se debilita. Puedes plantar cerca de la caja especies como Lappia, flor de mayo, campanitas, hierba buena, albizia y guayabillo, que florecen en distintas épocas y les ofrecen alimento constante. Lo ideal es combinar plantas nativas con algunas aromáticas que también puedas usar tú en la cocina.

El agua también es fundamental. Si no hay fuentes cercanas, coloca un pequeño bebedero poco profundo cerca de la colmena, con piedras o ramas dentro para que puedan posarse sin ahogarse. Las meliponas usan el agua no solo para beber, sino también para regular la temperatura dentro del nido y diluir la miel.

En temporada de lluvia o frío, es buena idea cubrir la caja con un plástico transparente o poner una estructura tipo toldo. En zonas muy calurosas, coloca la colmena en un sitio bien sombreado y fresco, evitando que reciba sol directo al mediodía. Si observas que las abejas se quedan adentro y dejan de volar por varios días seguidos, puede ser señal de que el clima está afectando su actividad.

No uses insecticidas ni productos químicos cerca de la colmena. Las abejas son extremadamente sensibles a estas sustancias y podrían morir o abandonar la caja. Si tienes plantas que requieren control de plagas, usa soluciones ecológicas como jabón potásico o extractos naturales, y aplícalos al atardecer cuando las abejas ya no estén volando.

Cuidar a las meliponas no se trata de estar manipulándolas todo el tiempo, sino de observar, proteger su entorno y darles las condiciones para que hagan su trabajo. A cambio, te regalarán miel medicinal, polinización para tus plantas y la experiencia de convivir con una especie noble y silenciosa que lleva miles de años ayudando a los ecosistemas y a los humanos.