La casa de las abejas meliponas no es un panal colgado de un árbol ni un cilindro de madera como en la apicultura tradicional. Se trata de una caja-colmena especialmente diseñada para sus hábitos y necesidades. Afortunadamente, estas cajas son sencillas de construir o conseguir, y se adaptan muy bien a espacios urbanos como patios, azoteas o jardines pequeños.

La medida estándar para una colmena de meliponas, especialmente en el sureste de México, es de 40 cm de largo, 20 cm de ancho y 12 cm de alto. Esta caja debe tener una tapa superior que se pueda abrir, un pequeño orificio de entrada frontal (de no más de 1 cm de diámetro), y en algunos casos, divisiones internas o "cámaras" que simulan los compartimentos naturales del nido: la zona de cría, los potes de polen y los potes de miel.

El material más recomendado es madera de cedro por su resistencia a plagas y humedad, aunque también se puede usar pino seco bien tratado. Es importante que la caja esté sellada por dentro con cera natural (a veces mezclada con propóleo o una cinta especial que evite plagas), ya que eso ayuda a conservar el microclima que las abejas necesitan. El sellado también evita filtraciones de agua o entrada de insectos.

Si no quieres construirla tú mismo, hoy en día existen artesanos locales y pequeños proyectos comunitarios que venden cajas listas para usar, muchas veces acompañadas de una colonia de meliponas y asesoría básica para comenzar. También puedes encontrar planos gratuitos en internet si prefieres hacerla tú, lo cual puede ser un proceso bonito y educativo.

La caja debe colocarse sobre una base estable, protegida del sol directo y de la lluvia. Es recomendable colocarla en un meliponario: una especie de estantería de uno o varios niveles con techo, donde puedes tener desde una hasta varias colmenas en un solo espacio. También puedes colocarla de forma individual sobre una repisa o estructura elevada, como vimos anteriormente.

Es muy importante no mover la caja una vez que las abejas se han instalado, ya que pierden la orientación fácilmente. También hay que evitar abrirla demasiado seguido: una revisión cada dos o tres meses es suficiente para observar si hay actividad normal, revisar que no haya hormigas o plagas, y ver si ya es tiempo de cosechar un poco de miel.

Una buena caja-colmena imita las condiciones naturales del nido, pero con la ventaja de que puedes observar y cuidar a tus abejas más fácilmente. Es un diseño simple pero profundamente conectado con la naturaleza, y construirla o instalarla bien es el primer paso para crear una relación respetuosa y duradera con tus meliponas.