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Glosario de conceptos
Aquí encontrarás definiciones claras y sencillas de los conceptos más importantes relacionados con la producción de alimentos en casa
Construyendo tu Propio Espacio de Cultivo
Una de las grandes ventajas del cultivo de hongos es que no necesitas sol directo ni grandes espacios, lo que lo convierte en una opción perfecta para departamentos, cocinas, pasillos oscuros, patios techados o incluso debajo de una escalera. Los hongos prefieren la sombra, la humedad y temperaturas moderadas, así que puedes montar tu espacio de cultivo prácticamente en cualquier rincón protegido del hogar.
Si vas a empezar con un kit inoculado, lo único que necesitas es un espacio con buena ventilación, luz indirecta (puede ser luz natural suave o una lámpara común), y una forma de mantener la humedad alta. Muchas personas usan una caja de plástico transparente como mini invernadero, al que se le hacen orificios y se pulveriza agua por dentro para mantener la humedad. También puedes cubrir los kits con una bolsa de plástico que no toque el micelio, creando un microclima tipo domo.
Para cultivo un poco más avanzado, puedes construir un espacio de fructificación usando repisas, cajas, tambos, o estantes metálicos cubiertos con plástico. Una charola debajo con agua y una esponja, o un humidificador pequeño, ayuda a que el ambiente no se seque. En casas muy secas o con aire acondicionado, esto es clave para el éxito. Si no tienes humidificador, rocía agua varias veces al día con un atomizador.
La temperatura ideal para la mayoría de los hongos comestibles está entre los 20 y 28 °C. Esto significa que en la mayoría de las casas mexicanas puedes cultivar sin necesidad de modificar el clima interior. En temporadas muy frías puedes cubrir el cultivo con una manta o ponerlo cerca de una fuente de calor suave. Si hace mucho calor, busca el lugar más fresco de la casa o cultiva especies que toleren el calor, como los hongos rosa o amarillos.
Es importante que el lugar no tenga corrientes de aire fuerte ni sol directo, ya que esto seca el sustrato. Tampoco debe ser completamente cerrado, porque el micelio y los hongos vivos necesitan oxígeno. Si usas una caja o estructura cerrada, asegúrate de que tenga pequeños orificios o que la abras un par de veces al día para renovar el aire.
También debes cuidar la limpieza del espacio. Aunque los hongos no requieren esterilidad total (a menos que hagas cultivo desde esporas), sí es importante mantener las superficies limpias, evitar moho, y no manipular el cultivo con las manos sucias. Lava bien las manos antes de rociar agua o mover el sustrato, y evita colocar el cultivo en lugares con mucho polvo, grasa o humo.
El montaje de tu espacio de cultivo puede ser tan sencillo como una bolsa colgada en la cocina o tan elaborado como una estructura con varios niveles en el patio. Lo importante es que observes, ajustes y crees un ambiente estable. Una vez montado, el cultivo de hongos se vuelve casi mágico: en pocos días verás cómo aparecen los primeros cuerpos fructíferos, listos para cosechar.

Fecha de modificación:
Técnica
30/9/23
Fungicultura
Infraestructura y Equipamiento
Categoría
Autor
Vive de la tierra
Fotos y videos
Fuentes